El nombre Chamán, me lo dio mi madre como un apodo y los familiares cercanos todavía me llaman así (bueno, eso y otras variaciones como Chamanita, Chamanin, etc.). Mi mamá me escribió esto al respecto y estoy agradecida por compartir sus razones.
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Chamán – por Cecilia Rodríguez
Mi hija fue una sorpresa para mí. Estaba en medio de una amarga separación y mi embarazo fue devastador. Iba a convertirme en madre soltera de tres hijos y la idea me llenó de miedo. Me preparé y reflexioné sobre lo que parecía ser un futuro difícil para mí y mis hijos. Seguí con el embarazo. Estaba tan emocionada cuando nació y descubrí que era una niña.
Quería un mundo diferente para ella. No quería que ella sufriera el racismo y la carga del patriarcado que yo sufrí. Quería un mundo para ella donde pudiera ser su verdadero ser. Ella fue la razón por la que mi relación con su padre sanó. Ella proporcionó un respiro necesario del trabajo difícil y agotador que estaba haciendo en ese momento.
Realmente no recuerdo por qué empezamos a llamarla Chamán. Los mexicanos hacen eso. Le dan apodos a sus hijos y luego no pueden recordar el cómo o el por qué detrás de los apodos. Entonces los apodos se convierten en una tradición y toda la familia los usa.
Quizás fue el contexto de su nacimiento, o quizás fue solo ella, pero fue mágica y sanadora para mi vida. Es una persona muy cariñosa, curiosa y entusiasta que hasta ilumina la habitación cuando está presente. Es una niña curandera y ahora manifiesta esa medicina en su música.
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Ayyy, gracias mamita. Estoy realmente agradecida por esta vida que me has dado y solo puedo esperar vivir realmente, más allá de la imaginación de nuestros antepasados, una vida maravillosa. ¡Me has dado una base poderosa sobre la que construir y te lo agradezco de todo corazón!